26 Martes
Por malcolm
Los humanos dependemos de la biodiversidad terrestre para mantenernos vivos y sanos, el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos y medicamentos que consumimos, todo proviene de un planeta sano. Sin embargo, nuestro mundo y su diversidad biológica están en peligro, la deforestación, contaminación, cambio climático y otros factores están provocando la desaparición de especies y ecosistemas.
Cuando dañamos la tierra, perjudicamos nuestra salud ya que los seres humanos somos igual de susceptibles que cualquier especie. Muchas enfermedades en el mundo están vinculadas al deterioro de la biodiversidad y ecosistemas. Un ejemplo de esto es el paludismo, como consecuencia de la deforestación muchas especies de mosquitos mueren quedando solo los más resistentes, en este caso el que trasmite dicha enfermedad.
El aumento en la población mundial incrementa la competencia por la tierra y otros recursos para poder producir alimentos, energía y viviendas. Se necesita amplia variedad de vida animal y vegetal para la nutrición humana, así como se depende de la biodiversidad para producir medicamentos que contribuyen a la salud de las comunidades.
Los cambios en el medio ambiente amenazan el abastecimiento de agua potable, mientras que los ecosistemas ayudan a regular el flujo de agua y sus agentes contaminantes, cuya eliminación se complica con la perdida de la biodiversidad lo que conlleva a la aparición de enfermedades trasmitidas por el agua. Por otro lado, debido a la urbanización, la contaminación del aire perjudica la salud y muchas defunciones se deben a esta causa, convirtiéndose en el mayor riesgo sanitario medioambiental.
Todas aquellas empresas que logran integrar la salud de las personas y del planeta en sus estrategias, están destinadas a obtener mejores resultados como aumentar las ventas o reducir la rotación del personal. Esto por que la actividad humana afecta al clima y a la regeneración de la naturaleza, perjudicando la salud y el bienestar humano; por consiguiente, la productividad y el desarrollo socio económico.
Se recomienda incorporar la salud como una responsabilidad empresarial, no solo para el sector de asistencia sanitaria. Todas las empresas deben ser conscientes de sus impactos en la sociedad y las medidas a tomar para promover el cambio.
Hay pruebas que demuestran que las empresas que integran sus objetivos y estrategias con el clima y medio ambiente superan a sus competidores en varios indicadores de rendimiento. El Pacto Mundial de las Naciones Unidad ha elaborado La Guía para el liderazgo de los objetivos del desarrollo sostenible.
Por otro lado, también se proponen otros principios como unir a los empleados enfocados a un propósito social relevante, inspirar credibilidad social y preocupación por las personas, medir las ventajas para la salud y economía resultantes de sus inversiones en el medio ambiente.
La pandemia ha causado dificultades inimaginables que ha cambiado nuestro estilo de vida totalmente, además de problemas económicos y sociales. Ante esto, se debe elaborar un plan teniendo en cuenta las señales ambientales y lo que significan, ya que el coronavirus no representa algo prometedor para el planeta.
Todos aquellos cambios que se pueden ver como mejoras en la calidad de aire o reducción de emisión de gases, son temporales porque se dan a consecuencia de una desaceleración económica adicionando que la pandemia dejará un gran incremento de desechos médicos contaminados que difícilmente se puedan reciclar.
A continuación, algunas recomendaciones:
Luego de la pandemia debemos trabajar en un cambio de hábitos de producción y consumo hacia modelos más limpios y sostenibles. Parte del desafío recae en descubrir el origen de este tipo de virus, porque la salud del planeta tiene relación a la propagación de enfermedades transmitidas de animales a humanos.
La actividad del hombre ha alterado la superficie de la tierra sitiando a la vida silvestre y naturaleza hacia un lugar cada vez más pequeño. Los recursos naturales proporcionan oxígeno, regulan el clima, producen alimentos y están en peligro constante, esto sucede también con la fauna silvestre ya que al transitar por zonas naturales se tiene mayor contacto con especies portadoras de infecciones, así como también con el comercio ilegal de animales.
Tenemos que restaurar los bosques, detener la deforestación, invertir en la gestión de áreas protegidas y promover el uso de productos sostenibles. Donde existan permisos legales para el comercio de vida silvestre se debe elevar las condiciones de higiene y acabar definitivamente con el tráfico ilegal.
Mientras se gestione mejor la naturaleza, sucederá lo mismo con la salud humana. Algo importante que se debe planificar después de la pandemia, es llegar a un marco ambicioso y medible además de inclusivo, ya que mantener la naturaleza rica y diversa es fundamental para el sistema que sustenta nuestra vida.
A medida que el crecimiento vuelva a acelerarse, debemos observar como el manejo prudente de la naturaleza puede ser parte de esta nueva economía, en donde las finanzas y acciones impulsen a empleos sostenibles, el movimiento verde y una nueva filosofía de vida.
Porque la salud de las personas y del planeta son una misma, y ambas pueden progresar de la mano.
